Alimenta tu vida de la Palabra de Dios y recibe vida eterna. Cada día la actualizaremos para su lectura.
"No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." Jesús.
San Mateo 4:4

sábado, 18 de enero de 2025

DIA 18 DE ENERO - JOB 8-10



Bildad proclama la justicia de Dios

Capítulo 8  

1 Respondió Bildad suhita, y dijo:

2 ¿Hasta cuándo hablarás tales cosas,
Y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso?

3 ¿Acaso torcerá Dios el derecho,
O pervertirá el Todopoderoso la justicia?

4 Si tus hijos pecaron contra él,
El los echó en el lugar de su pecado.

5 Si tú de mañana buscares a Dios,
Y rogares al Todopoderoso;

6 Si fueres limpio y recto,
Ciertamente luego se despertará por ti,
Y hará próspera la morada de tu justicia.

7 Y aunque tu principio haya sido pequeño,
Tu postrer estado será muy grande.

8 Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas,
Y disponte para inquirir a los padres de ellas;

9 Pues nosotros somos de ayer, y nada sabemos,
Siendo nuestros días sobre la tierra como sombra.

10 ¿No te enseñarán ellos, te hablarán,
Y de su corazón sacarán palabras?

11 ¿Crece el junco sin lodo?
¿Crece el prado sin agua?

12 Aun en su verdor, y sin haber sido cortado,
Con todo, se seca primero que toda hierba.

13 Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios;
Y la esperanza del impío perecerá;

14 Porque su esperanza será cortada,
Y su confianza es tela de araña.

15 Se apoyará él en su casa, mas no permanecerá ella en pie;
Se asirá de ella, mas no resistirá.

16 A manera de un árbol está verde delante del sol,
Y sus renuevos salen sobre su huerto;

17 Se van entretejiendo sus raíces junto a una fuente,
Y enlazándose hasta un lugar pedregoso.

18 Si le arrancaren de su lugar,
Este le negará entonces, diciendo: Nunca te vi.

19 Ciertamente este será el gozo de su camino;
Y del polvo mismo nacerán otros.

20 He aquí, Dios no aborrece al perfecto,
Ni apoya la mano de los malignos.

21 Aún llenará tu boca de risa,
Y tus labios de júbilo.

22 Los que te aborrecen serán vestidos de confusión;
Y la habitación de los impíos perecerá.


Incapacidad de Job para responder a Dios


Capítulo 9  

1 Respondió Job, y dijo:

2 Ciertamente yo sé que es así;
¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?

3 Si quisiere contender con él,
No le podrá responder a una cosa entre mil.

4 El es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas;
¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?

5 El arranca los montes con su furor,
Y no saben quién los trastornó;

6 El remueve la tierra de su lugar,
Y hace temblar sus columnas;

7 El manda al sol, y no sale;
Y sella las estrellas;

8 El solo extendió los cielos,
Y anda sobre las olas del mar;

9 El hizo la Osa, el Orión y las Pléyades,
Y los lugares secretos del sur;

10 El hace cosas grandes e incomprensibles,
Y maravillosas, sin número.

11 He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré;
Pasará, y no lo entenderé.

12 He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir?
¿Quién le dirá: ¿Qué haces?

13 Dios no volverá atrás su ira,
Y debajo de él se abaten los que ayudan a los soberbios.

14 ¿Cuánto menos le responderé yo,
Y hablaré con él palabras escogidas?

15 Aunque fuese yo justo, no respondería;
Antes habría de rogar a mi juez.

16 Si yo le invocara, y él me respondiese,
Aún no creeré que haya escuchado mi voz.

17 Porque me ha quebrantado con tempestad,
Y ha aumentado mis heridas sin causa.

18 No me ha concedido que tome aliento,
Sino que me ha llenado de amarguras.

19 Si habláremos de su potencia, por cierto es fuerte;
Si de juicio, ¿quién me emplazará?

20 Si yo me justificare, me condenaría mi boca;
Si me dijere perfecto, esto me haría inicuo.

21 Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo;
Despreciaría mi vida.

22 Una cosa resta que yo diga:
Al perfecto y al impío él los consume.

23 Si azote mata de repente,
Se ríe del sufrimiento de los inocentes.

24 La tierra es entregada en manos de los impíos,
Y él cubre el rostro de sus jueces.
Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está?

25 Mis días han sido más ligeros que un correo;
Huyeron, y no vieron el bien.

26 Pasaron cual naves veloces;
Como el águila que se arroja sobre la presa.

27 Si yo dijere: Olvidaré mi queja,
Dejaré mi triste semblante, y me esforzaré,

28 Me turban todos mis dolores;
Sé que no me tendrás por inocente.

29 Yo soy impío;
¿Para qué trabajaré en vano?

30 Aunque me lave con aguas de nieve,
Y limpie mis manos con la limpieza misma,

31 Aún me hundirás en el hoyo,
Y mis propios vestidos me abominarán.

32 Porque no es hombre como yo, para que yo le responda,
Y vengamos juntamente a juicio.

33 No hay entre nosotros árbitro
Que ponga su mano sobre nosotros dos.

34 Quite de sobre mí su vara,
Y su terror no me espante.

35 Entonces hablaré, y no le temeré;
Porque en este estado no estoy en mí.


Job lamenta su condición

Capítulo 10  

1 Está mi alma hastiada de mi vida;
Daré libre curso a mi queja,
Hablaré con amargura de mi alma.

2 Diré a Dios: No me condenes;
Hazme entender por qué contiendes conmigo.

3 ¿Te parece bien que oprimas,
Que deseches la obra de tus manos,
Y que favorezcas los designios de los impíos?

4 ¿Tienes tú acaso ojos de carne?
¿Ves tú como ve el hombre?

5 ¿Son tus días como los días del hombre,
O tus años como los tiempos humanos,

6 Para que inquieras mi iniquidad,
Y busques mi pecado,

7 Aunque tú sabes que no soy impío,
Y que no hay quien de tu mano me libre?

8 Tus manos me hicieron y me formaron;
¿Y luego te vuelves y me deshaces?

9 Acuérdate que como a barro me diste forma;
¿Y en polvo me has de volver?

10 ¿No me vaciaste como leche,
Y como queso me cuajaste?

11 Me vestiste de piel y carne,
Y me tejiste con huesos y nervios.

12 Vida y misericordia me concediste,
Y tu cuidado guardó mi espíritu.

13 Estas cosas tienes guardadas en tu corazón;
Yo sé que están cerca de ti.

14 Si pequé, tú me has observado,
Y no me tendrás por limpio de mi iniquidad.

15 Si fuere malo, ¡ay de mí!
Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza,
Estando hastiado de deshonra, y de verme afligido.

16 Si mi cabeza se alzare, cual león tú me cazas;
Y vuelves a hacer en mí maravillas.

17 Renuevas contra mí tus pruebas,
Y aumentas conmigo tu furor como tropas de relevo.

18 ¿Por qué me sacaste de la matriz?
Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto.

19 Fuera como si nunca hubiera existido,
Llevado del vientre a la sepultura.

20 ¿No son pocos mis días?
Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco,

21 Antes que vaya para no volver,
A la tierra de tinieblas y de sombra de muerte;

22 Tierra de oscuridad, lóbrega,
Como sombra de muerte y sin orden,
Y cuya luz es como densas tinieblas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario